Angel Gabilondo, nuevo ministro de educación, dice: con la lengua no puede haber imposición. Esa voluntad manifiesta del hermano de Iñaqui y pariente de una concejal del gobierno de Rubí nuestro Ayuntamiento no la cumple.
A las recientes tropelías del colegio Cervantes en Ibiza, impidiendo a un niño de 11 años examinarse en español o que en un colegio de Cornellá jueguen en el recreo bajo el rezo: al pati parlem català, se suma nuestro Ayuntamiento repartiendo unos folletos a los comercios de la ciudad bilingües: árabe y catalán.
¿Es que en Rubí no hay comercios de habla castellana?, ¿es que no hay ciudadanos que hablan español? ¿Como puede permitir la Alcaldesa que se obvie su idioma, la lengua que habla en su casa, la que usa de manera habitual el 70% de su ciudadanía y a la que su grupo político y sus coaligados independentistas quieren vapulear?
La Diputación de Barcelona, presidida por Antonio Fogué, es la que paga los folletos. ¿Tiene conocimiento de ello el señor Fogué? Creo que no. Supongo que aplaudirá a su esposa Manuela de Madre cuando, vestida de faralaes, baila sevillanas, sin duda en lengua española, en alguna caseta de la Feria de Abril de Cataluña.
El comercio de Rubí necesita positivismo, reactivación y mimo, no comunicados en una lengüa extraña que ni entienden, ni estan obligados a su uso. Deben tener una atención que, por mas concejalías dedicadas a ello, no tienen. No tenga el comercio enTUBAU señora Alcaldesa.
No pretendan dibujar una ciudad que no es, señora García, no deje que las incongruencias de quienes hace servir usted de muletas la lleven a tener que utilizarlas, políticamente hablando. Hay uniones que estan llamadas al fracaso, lo malo es que paguen el divorcio a posteriori los invitados a la boda.
Toca ya descubrir el doble juego del PSC, es hora de pedir racionalidad y de destapar su hipocresía. No es normal que la lengua comun, el idioma cooficial de Cataluña, el que muchos de ellos utilizan en privado, el que hacen servir para reclamar impuestos, el que usan como elemento coactivo para presionar ante impagos, del que abusan en sus campañas electorales para prometer lo que no cumplirán, quede oculto, olvidado y ridiculizado en el día a día. No hagan bueno aquello de vicios privados, públicas virtudes.
A las recientes tropelías del colegio Cervantes en Ibiza, impidiendo a un niño de 11 años examinarse en español o que en un colegio de Cornellá jueguen en el recreo bajo el rezo: al pati parlem català, se suma nuestro Ayuntamiento repartiendo unos folletos a los comercios de la ciudad bilingües: árabe y catalán.
¿Es que en Rubí no hay comercios de habla castellana?, ¿es que no hay ciudadanos que hablan español? ¿Como puede permitir la Alcaldesa que se obvie su idioma, la lengua que habla en su casa, la que usa de manera habitual el 70% de su ciudadanía y a la que su grupo político y sus coaligados independentistas quieren vapulear?
La Diputación de Barcelona, presidida por Antonio Fogué, es la que paga los folletos. ¿Tiene conocimiento de ello el señor Fogué? Creo que no. Supongo que aplaudirá a su esposa Manuela de Madre cuando, vestida de faralaes, baila sevillanas, sin duda en lengua española, en alguna caseta de la Feria de Abril de Cataluña.
El comercio de Rubí necesita positivismo, reactivación y mimo, no comunicados en una lengüa extraña que ni entienden, ni estan obligados a su uso. Deben tener una atención que, por mas concejalías dedicadas a ello, no tienen. No tenga el comercio enTUBAU señora Alcaldesa.
No pretendan dibujar una ciudad que no es, señora García, no deje que las incongruencias de quienes hace servir usted de muletas la lleven a tener que utilizarlas, políticamente hablando. Hay uniones que estan llamadas al fracaso, lo malo es que paguen el divorcio a posteriori los invitados a la boda.
Toca ya descubrir el doble juego del PSC, es hora de pedir racionalidad y de destapar su hipocresía. No es normal que la lengua comun, el idioma cooficial de Cataluña, el que muchos de ellos utilizan en privado, el que hacen servir para reclamar impuestos, el que usan como elemento coactivo para presionar ante impagos, del que abusan en sus campañas electorales para prometer lo que no cumplirán, quede oculto, olvidado y ridiculizado en el día a día. No hagan bueno aquello de vicios privados, públicas virtudes.
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